Cada año, la Caja realiza un estudio actuarial que tiene por objetivo la proyección de la institución en el tiempo, considerando las reservas actuales y estableciendo las necesarias para asegurar que aquellos afiliados que hoy se encuentran realizando aportes, en el futuro se puedan jubilar.
En ese sentido, el haber básico es, a la fecha, de $35.000, y está complementado por bonificaciones que lo elevan hasta $90.000, en función del monto de los aportes ingresados, el tiempo de aportes realizados y edad del beneficiario.
Las Cajas Profesionales no cuentan con asistencia alguna por parte del Estado. En consecuencia, una de sus características es el hecho de que sus fondos sean limitados, por lo que el patrimonio debe ser administrado de modo tal que garantice a las generaciones futuras el acceso al beneficio de la jubilación.